Rabat, la moderna capital del reino de Marruecos

Belén Valdehita

Junto a la costa del Océano Atlántico, al noroeste de Marruecos, se halla la ciudad de Rabat. Ejerce como capital del país, y en ella confluyen tanto la tradición musulmana y árabe como el modernismo occidental, aunque no resulta tan cosmopolita como la ciudad marroquí de Casablanca.


La ciudad de Rabat cuenta con la llamada “Ciudad Nueva”, que está inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial. Fue realizada entre los años 1912 y 1930, cuando Marruecos era un protectorado francés. Están también consideradas Patrimonio Mundial las zonas más antiguas del casco urbano de Rabat, remontándose algunas de ellas al siglo XII.

Durante nuestra visita a Rabat disfrutaremos de un clima de tipo templado oceánico. Se caracteriza por contar con unos inviernos fríos, sobre todo en el mes de enero. Aunque la temperatura media en esta época es de 7 grados centígrados, casi todos los días son soleados. En la época estival las cálidas temperaturas resultan mucho más suaves gracias a las brisas del Atlántico. La temperatura media en verano es de 20 grados, siendo la mejor época para viajar a Rabat entre los meses de mayo y septiembre.



Nuestro recorrido por la ciudad de Rabat puede empezar por la Kasbah o Fortaleza de los Oudaia. Se trata de una ciudad fortificada de la época de Yaqub al-Mansur, que está integrada por estrechas callejuelas jalonada por casas pintadas de blanco y azul. Otras visitas imprescindibles son las del Mausoleo de Mohamed V, que fue el primer rey de Marruecos tras su independencia, o la Torre de Hassan, que se halla rodeada de cientos de columnas. Ya en la zona moderna de Rabat se encuentra el Palacio Real, los edificios gubernamentales y el Jardín d’Essais, que es un bello parque y un jardín botánico a la vez.

Si viajamos con niños, no hay que dejar de visitar el Zoo de Rabat, que acoge numerosas especies que están amenazadas de Marruecos, como el león del Atlas, el ibis calvo o el suricato. Partiendo de la ciudad de Rabat podremos realizar interesantes excursiones, como a la ciudad de Salé, que está situada en la orilla contraria del río Bu Regreg y cuenta con una auténtica medina de ambiente marroquí. También muy cerca de Rabat se halla Chellah, una antigua ciudad romana.



En Rabat podremos encontrar restaurantes de cocina internacional, aunque merece la pena disfrutar de la gastronomía tradicional marroquí. Se encuentra tanto en bares como en restaurantes, y existe una gran variedad de precios. Los platos locales se preparan sobre todo con carnes como el cordero, verduras y legumbres, y en ellos se suele combinar lo dulce con lo salado, ya que incluyen muchas especies y frutos. Son típicos la sopa harira, que se elabora con garbanzos, verduras y carnes, o el cuscús, que se lleva siete tipos de verduras. Recomendamos probar el té de menta al estilo moruno, que se sirve en una tradicional tetera y se acompaña pastas y dulces tradicionales, la mayoría con una base de almendras y miel.



La oferta de hoteles en Rabat incluye hoteles de cinco estrellas, como el Hotel Golden Tulip Farah Rabat, el Hotel Riad Dar El Kebira o el Hotel Rabat; de cuatro estrellas, como el Hotel Mercure Rabat Sheherazade, el Helnan Chellah Hotel, el Hotel Mercure Rabat Sheherazade o el Hotel Le Diwan Rabat By M’gallery, y de tres estrellas, como el Hotel Balima o el Hotel Ibis Rabat, entre otras propuestas. Se puede reservar habitación en estos hoteles a través de la página web de Hoteles.net a un excelente precio. Además, registrándonos gratis en la web de Hoteles.net obtendremos descuentos directos de entre un 1 y un 7% en todas las reservas. También se acumulan puntos canjeables para descuentos adicionales en las próximas reservas.

Si viajamos a Marruecos, no debemos dejar de pasar unos días en la ciudad de Rabat. Quedaremos atrapados por la fascinante combinación de antigüedad y modernidad, aunque no debemos olvidar que estamos en un país musulmán, y conservar ciertas normas. Nuestra visita a Rabat debe incluir un recorrido por la Kasbah (Oudaia), donde podremos tomar un té con pastas mientras disfrutamos de las vistas del Océano Atlántico.



En la costa de Rabat también hay buenas playas, como la de Skhirat, y los aficionados al golf podrán jugar en el estupendo campo Royal Golf Dar Es Salam, que posee 440 hectáreas de árboles, flores y zonas de agua. Si nuestra estancia en Rabat transcurre durante el mes de junio, coincidiremos con la celebración del animado Festival Jazz au Chellah, y si viajamos en mayo podremos asistir al Mawazine, un festival de músicas del mundo.